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No hay archivo indiferente

Arnoldo Hernández Torres

Ante mí desfilaban los impuestos de propios y arbitrios, contribuciones, pulperías, diezmos, vacantes, derechos para el pago del préstamo patriótico para el fondo de milicias, donativos forzosos y alcabalas, entre otros. De esta diversidad de impuestos me incliné por las alcabalas, ya que siempre me llamaron la atención en los cursos de Historia Económica de México porque de ellas se quejaron los súbitos y los ciudadanos hasta el último cuarto del siglo XIX, cuando don Porfirio Díaz las eliminó para fortalecer la integración del mercado interno, el cual, para ese entonces, llevaba más de 100 años en su proceso de formación.

 

Pero la aparatosa sala de consulta de catálogos no incluye toda la información que guarda el AGN. El disco compacto que se había publicado llamado ARGENA sólo es una muestra: de todas maneras la selección de documentos a consultar hay que hacerla en los ficheros tradicionales. La documentación correspondiente a ciertos temas y regiones de la hoy nación mexicana no se encuentra catalogada. La mayor parte de la información sobre alcabalas y sobre el septentrión novohispano se ubica en ese fondo documental llamado Indiferente General —desconocido para mí porque el AMS y el IED no lo tienen—, al cual enviaron todos los volúmenes y legajos con datos que no eran necesarios para la memoria colectiva durante el siglo XIX, cuando se hizo la organización que prácticamente se conserva hasta nuestros días, a pesar de los avances tecnológicos y democráticos para el manejo de los archivos.

 

Arnoldo Hernández.

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