Así como las ciudades crecen, también las ferias lo hacen y es necesario buscarles un mejor lugar. La Feria de Saltillo empezó frente al templo de San Esteban, promovida principalmente por los residentes tlaxcaltecas, quienes se habían establecido en el parián para vender directamente al consumidor las mercancías que producían. En el siglo XX, una vez terminados los conflictos revolucionarios, la feria fue reubicada en la Alameda; después se trasladó a espaldas del Tecnológico; luego, a la Ciudad Deportiva y de ahí a los alrededores del Centro de Convenciones (actual Centro de Gobierno). En estas sucesivas sedes, la feria parece haber seguido, como la aguja de una brújula, el imán de lo taurino, siempre cerca de la plaza de toros o de sus equivalentes más cercanos: un lienzo charro o un estadio de beisbol. Ahora, después de la primera década del siglo XXI, la feria entra en una etapa de decadencia, que coincide con una pérdida de interés en la fiesta brava por parte del público.
Jesús de León.
LAS SEDES DE LA FERIA
Base del documento tomado del Acervo Histórico del Archivo Municipal de Saltillo. AMS, PM, c 103, e 59.