¿Cuál es el significado y el sentido de los Archivos? ¿Qué lugar ocupan en el siglo XXI? ¿Hacia dónde van? Cuando tuve la oportunidad de trabajar para el Archivo, consideraba que era, en esencia, la memoria histórica de una comunidad. Ahora pienso que estas instituciones se han transformado a pasos agigantados y no veo que los archivistas se cuestionen hacia dónde van los Archivos en el siglo XXI. No están pensando en qué es lo que significa mantener guardada la documentación que se produce en toneladas y qué se va hacer con toda esa documentación.

 

Trabajamos desde la perspectiva de la memoria histórica de una comunidad. No solamente era conservar los documentos, resguardarlos, inventariarlos y darlos a conocer. Para mí no había mejor manera de trabajar que dar cuenta de la documentación que teníamos y hacer partícipe a la comunidad.

 

Junto con mi equipo elaboramos una serie de proyectos tendientes a mantener una comunicación entre los documentos del Archivo y la comunidad. Elaboramos catálogos y presentamos conferencias. De tal manera, complementábamos nuestro trabajo. Cuando no teníamos dinero, otros departamentos municipales nos pasaban las hojas que tiraban de desecho: no había ni para comprar lápices.

 

En aquella década de los ochenta tratamos de acrecentar el acervo con un sentido no de incorporar por incorporar documentos, sino que aplicábamos un principio clave de selección. Considero que ya debemos de pensar de otro modo. El mundo ya cambió.

 

Mucha gente trabajó antes; no fuimos los primeros ni somos los únicos. Simplemente nos tocó un momento en que el Archivo había estado muy abandonado y hubo gente que hasta el último día estuvo trabajando, como el señor Ildefonso Dávila del Bosque.

 

Esta institución ha tenido un respaldo increíble de la gente. Se ha logrado integrar sus trabajos con la comunidad y eso es una cosa que puede garantizar la vida de los Archivos.