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Una sorpresa para Morfi

 

La fábrica del nuevo templo —así se decía en el siglo XVIII de las obras cuya construcción era de piedra y argamasa y no de simple madera fácil de incendiarse— fue iniciada en el año de 1745 por el entonces cura don Felipe Suárez de Estrada, cuya iniciativa, según opinara fray Agustín de Morfi en el año de 1777, excedía con creces la exigua capacidad de los vecinos de esta pequeña localidad. Menuda sorpresa se hubiese llevado el ilustre misionero hispano si hubiere vuelto tan sólo 13 años después, pues habría podido contemplar incrédulo cómo la fe del pueblo saltillense había hecho posible una labor que él consideró improbable. / María Elena Santoscoy.

 

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