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La casa de los lobos

Jesús de León

Detalles del interior de "La casa de los lobos". Fotos: Víctor Salazar.

Me gustaría hablar de “La casa de los lobos”, ubicada en la calle Hidalgo sur. Hasta donde sabemos, esta casa fue propiedad de doña Melchora Lobo a principios del siglo XIX. Esta señora la heredó a su hija y ésta a su vez a la suya, doña Refugio Letona y Lobo de Santacruz. En 1883 fue adquirida en propiedad por don Melchor Lobo Rodríguez, quien fue director del Ateneo Fuente y gobernador interino del estado hacia finales del siglo XIX. Don Melchor fue un hombre dedicado a la agricultura, propietario de la hacienda de San Juan de la Vaquería.

 

“La casa de los lobos” ocupaba una extensión de cuatro mil metros cuadrados. Consistía en casa habitación, cochera, caballerizas y huerta. Tenía biblioteca, sala de costura, sala de asistencia, cuarto de roperos (más de diez, donde se guardaban víveres y ropa), bodegas, cuarto de leña, comedor, cocina, recámara, patio, traspatio y un tercer patio para lavandería. Hay que destacar que una de las habitaciones tenía un ropero de doble fondo, así como una caballeriza oculta, porque se vivía tiempos turbulentos en los que se requería entrar o salir a escondidas.

 

Podemos deducir entonces que algunos de los aparecidos no necesariamente estaban muertos. La doble moral saltillense también creaba una arquitectura con dobles fondos. Recuerden los chistes en donde la esposa escondía al amante en el ropero. En realidad no estaba escondiéndolo, sino ayudándolo a escapar. Supongo que la frase “Tener esqueletos guardados en el ropero”, como metáfora de la mala conciencia o de tener secretos inconfesables, proviene de que a algunas mujeres se les olvidó que en las casas modernas, como los roperos no estaban empotrados en la pared, no tienen doble fondo. Es más, si a alguno de ustedes lo encierran en un ropero, lo primero que deben hacer es fijarse si no hay un esqueleto al lado suyo.

 

En el año de 1936, “La casa de los lobos” fue comprada por don Emilio Arizpe Santos, quien la arrendó como hotel y la construcción sufrió entonces modificaciones y adaptaciones. El hotel se llamó “Casa Colonial” y operó como tal hasta fines de los años cuarenta. Este inmueble fue tomado después en arrendamiento por el gobierno y funcionó como Jefatura de la vi Zona Militar. El general Raúl Madero González la compró dedicándola para fines culturales y educativos. Incluso fungió como Palacio de Gobierno, durante el periodo del profesor Óscar Flores Tapia, mientras se remodelaba el Palacio Rosa (como pueden ver, no sólo los soldados marcharon por ahí).

 

Actualmente “La casa de los lobos” es ocupada por la Casa de la Cultura de Saltillo y aunque ya no hay lobos todavía aúllan. En la Casa de la Cultura se dan clases de canto. 

 

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