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La Presea IMARC para el Archivo

—Olivia Strozzi—

El archivo ha dejado de ser únicamente un repositorio de papeles viejos o “archivo muerto”; ha dejado de ser un accesorio aislado, apartado y, en el mejor de los casos, un lujo innecesario. Además de patrimonio cultural y memoria histórica es justo estimar al archivo como una unidad de gestión de calidad al interior de las organizaciones ya sean privadas o públicas. Hoy se aprecia su utilidad, como recurso clave para el desempeño de la gestión pública, como testimonio y memoria de las organizaciones y como elemento esencial para el ejercicio de una cultura de trasparencia y rendición de cuentas. El archivo está situado en el centro del funcionamiento de la sociedad y se reconoce como un centro neurálgico de información.

 

La definición de archivo es un concepto tridimensional: primero en su definición conceptual como un conjunto orgánico y organizado de información; segundo, en su definición espacial, como lugar físico, como depósito del archivo y, por último, en su definición institucional, como estructura orgánica formalmente establecida, o sea, como institución especializada que brinda servicios a diversos usuarios institucionales y sociales. La relación entre estos conceptos es sumamente estrecha, por lo tanto no hay archivo sin consignación en algún lugar exterior, pues es éste el que asegura la posibilidad de memorización, repetición, reproducción, reimpresión y difusión.

 

El Archivo Municipal de Saltillo es una institución de todos y para todos. Aquí se resguardan los documentos de la administración municipal en relación con los saltillenses, los de ayer y los de hoy; su objetivo principal es el resguardo, organización, conservación y difusión de los acervos documentales con apego a las normas y estándares internacionales, a través de los diferentes instrumentos de descripción, tales como guías, inventarios y/o catálogos; ofrece a los investigadores, historiadores y público en general materiales de archivo organizados para el desarrollo de sus trabajos; mantiene un archivo de nuevas tecnologías que rebasa las fronteras locales y nacionales, con el propósito de establecer una comunicación con el mundo.

 

Los archivos custodian decisiones, actuaciones y memoria; conservan un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación. Los documentos son fuentes de información que garantizan la seguridad y la transparencia de las actuaciones administrativas. Juegan un papel esencial en el desarrollo de la sociedad contribuyendo a la constitución y salvaguarda de la memoria individual y colectiva. El libre acceso a los archivos enriquece nuestro conocimiento de la sociedad, promueve la democracia, protege los derechos de los ciudadanos y mejora la calidad de vida.

 

Agradezco el reconocimiento al Archivo Municipal de Saltillo con la Presea IMARC en la categoría al mérito institucional y lo recibo en nombre de todas aquellas personas que, como señala Jaques Derrida, compartieron y comparten “la pasión social por guardar y conservar todo rastro, todo resto, toda huella, y evitar que el tiempo se extravíe”.

 

Gracias al Patronato de Amigos del Patrimonio Histórico de Saltillo. Gracias a todos aquellos que han colaborado en la tarea de conservar los documentos, que datan de 1578 a la fecha, desde el escribano que en 1830 pedía dinero para confeccionar un cajón para guardar las actas de cabildo, hasta los actuales archivistas que custodian los documentos que conservan los sueños, las expectativas y las prácticas de mundos que no volverán, en las que las sociedades, incluida la saltillense, configuran sus imaginarios y “realidades”.

 

 

 

 

(Ceremonia de entrega de Presea IMARC / Saltillo, Coahuila, a 28 de mayo de 2015)

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